sábado, 29 de junio de 2013

Preparándonos para sembrar. 2 Corintios 9.

La verdad es que el dar es algo de difícil aceptación en el ser humano.
Los seres humanos estamos acostumbrados a pedir, a recibir y no al dar.
Si a una persona que acude a una reunión y le dicen que tiene que dar una contribución entre 100 pesos  o 1.000. La persona escoge dar cien, pero si en seguida le dicen que es voluntario entonces guarda sus cien y decide no dar nada.
A muchos les gusta vivir del mínimo esfuerzo. Queremos grandes resultados con pequeños esfuerzos. Queremos grandes respuestas de parte de Dios con mínimas oraciones de nuestra parte.
Hacemos una oración de a peso y exigimos respuestas de a millón. Los de Corinto se habían propuesto contribuir económicamente tal vez motivados por lo que hacían los de macedonia. 2 Corintios 8: 1-2 “Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia;  8:2 que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad.
El tener un corazón dadivoso o tacaño muchas veces hace parte de la cultura de ciertas regiones. El ser tacaño o dadivoso es algo que se aprende. 9: 2 “pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo me glorío entre los de Macedonia, que Acaya está preparada desde el año pasado; y vuestro celo ha estimulado a la mayoría.” Que enseñas a tus hijos a ser ¿generosos o dadivosos? eso depende de ti.
La tacañería genera pobreza. Proverbios 11: 24-25 “Hay quienes reparten, y les es añadido más;  Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.  11:25 El alma generosa será prosperada;  Y el que saciare, él también será saciado.
Jesucristo vino para enseñarnos que a través de la generosidad es cómo podemos vivir en paz. 8: 9 “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
La verdadera felicidad consiste en dar más que en recibir. Hechos 20: 35 “En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir” y no solo en lo material. Tenemos que aprender a dar amor, abrazos, caricias. No seas tacaño una sonrisa no cuesta nada pero enriquece mucho.
Los de Corinto habían prometido dar una ayuda pero a pablo le preocupaba el hecho de que ellos no estuvieran preparados y por esta razón podrían quedar mal. 2 Corintios 9: 3-4 “Pero he enviado a los hermanos, para que nuestro gloriarnos de vosotros no sea vano en esta parte; para que como lo he dicho, estéis preparados;  9:4 no sea que si vinieren conmigo algunos macedonios, y os hallaren desprevenidos, nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de esta nuestra confianza.
Lo que nosotros hemos prometido sea algo material o afectivo debemos darlo de corazón y no obligado por los demás, ni por las circunstancias en las que estemos viviendo. V 5 “Por tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos que fuesen primero a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad antes prometida, para que esté lista como de generosidad, y no como de exigencia nuestra.
La mejor manera de aprender a ser dadivoso es entendiendo que todo lo que hagamos genera consecuencias negativas o positivas, todo depende de lo que hagamos. V 6 “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.” Lo que siembres debe estar determinado por el que y cuanto quieres recibir mas adelante.
La única forma de vivir en felicidad es haciendo las cosas con alegría, eso hace parte de la siembra, los que conocen del arte de sembrar flores afirman que si el sembrador prepara un ambiente agradable, les habla a las flores con amor, ellas responderán con mejores frutos. Si tu siembra con alegría la cosecha será excelente. V 7 “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
Si tú te propones dar y no tienes que. Dios te da la semilla para que lo puedas hacer. V 8 “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;” si estando en escases en tu corazón nace el deseo darle un mercado a alguien Dios te va a dar no solo para que des, te dará de tal manera que te sobrara para que tú puedas vivir bien.
Recuerda Dios trabaja a partir de tu deseo, si tu deseo es ayudar y sobre todo en la obra de Jesucristo, el será quien te provea de lo que necesitas.
  
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